La verdad es que me la quería ligar, le invite a un vinito en el Hope. Estaba bastante lleno, mientras alcanzábamos la barra pudimos oír retazos de conversaciones.
Debajo de la mujer lampara uno la decía sonriente a una; "Todavía no he decidido que me gusta más, si levantarte la falda o bajarte las bragas". Y una le sonreía al uno.
Y debajo de los bailarines en la nieve una le decía a uno; "Lo que hago te habla de mi".
Llegamos a la barra, pedí dos Riojas y volviéndome a mi una intenté llevar a mi territorio la situación. Le digo; "¿Que te hablaría mejor de mi, que te levantara la falda o que te bajara las bragas?".
Pareció no oírme, saboreó el vino, dejó la copa, me miró y si, si me había oído; "Es importante que te guste tu decisión, porque vas a tener que vivir con ella".
Siempre me pasa -pensé- las mujeres que me gustan nunca me facilitan la vida.
Agarré el borde de su falda, lo subí por su muslo 0,00000007 milímetros, solté la tela y ya con la copa en mi mano casi traviesa, le sonreí.
"Lo que haces me habla bien de ti" dijo.