.

.

martes, 9 de febrero de 2016

vitetete unaluncho





(a) Vivía en un pueblo tan pequeño que se olvidaron de ponerlo en los mapas.
Tan pequeño que parte de su casa ya estaba en el pueblo vecino.

(b) Tenia un optimismo tan grande que no cabía solo en su persona.
Tan grande que contagiaba a todos los que estaban cerca.

(c) Tenia un ordenador tan viejo que le permitía tomarse un café, hacer la colada y ducharse antes de que la pantalla pasara pagina.
Tan viejo que cuando, cabreada, le maltrataba de palabra le trataba de usted.

(d) Tenia una mirada tan joven que aun se asombraba con las pequeñas cosas buenas de la vida (desde un mar hasta una calle estrecha).
Tan joven que todavía no reconocía lo que tenia delante suyo.

Era su cumpleaños, le regalarían:

(a) Un traslado de vivienda.
(b) Alguien que sepa valorar su optimismo.
(c) Un ordenador nuevo.
(d) Chocolate, un solo bombón, que hace mirar de otra manera.





10 comentarios:

  1. ¡Qué bonito! :)
    Me ha encantado el optimismo de ella, pero también el tuyo, porque en vez de decir que mientras el ordenador pasaba página le daba tiempo a esto y lo otro, has dicho que "le permitía" hacer esto y lo otro. Eso es ser positivo, sí señor.
    También me gusta que le hable de usted al ordenador :D
    Y que entre las pequeñas cosas buenas de la vida incluyas el mar y una calle estrecha.
    Y los regalos de cumpleaños son magníficos!
    Ahora sólo me falta descifrar el enigma del título...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ángeles: Podemos pensar que un ordenador que le "permita" hacer de todo mientras pasa pagina logra que ella se cabree y le grite...eso si, como ya tiene una edad ¡¿que menos que tratarle de usted?!

      Es que las pequeñas cosas de la vida, las que hacen que la gocemos, son cosas de ese calibre.
      Solo hay que saber darse cuenta.
      ...y si no te das cuenta es que vives sin gozar.

      Si, los regalos son regalazos.

      Pero eso es porque escribiste de madrugada, apostaría a que te llegó una inspiración nocturna y lo adivinaste (es fácil).

      Eliminar
  2. Chocolate, siempre. No hay nada que el chocolate no cure. Jajajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  3. Alguien que sepa valorar su optimismo sería el mejor regalo, no hay nada como sentirse comprendido. Además, habrá que reciclar toda esa energía positiva, digo yo. Sería tan ingrato como desdeñar el califri o el sol de invierno... Figúrate, qué desperdicio :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mere: Cierto, cuando te valoran consiguen que te sientas bien. Se me ocurren algunas opciones para reciclar energía positiva. Seguro que a ti también.

      ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ¿Desdeñar el califri? !!!!!!!!!! ¡¡ imposible !! (jajajajajaja)

      Eliminar
  4. Me gusta la gente que contagia optimismo, es un fantástico virus frente a las malas caras y el agobio que se ven en tantas personas.
    Y ese asombrarse con las cosas cada día, muy bonito.
    Un bombón...endulza sonrisas y se agradece con el alma.
    Por cierto...¿qué significa el título? lo he mirado del derecho, del revés y no consigo descifrarlo...snifff

    Yo no consigo descifrar el título...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Conxita: Me gusta estar cerca de las personas optimistas, suelen contagiarme.

      Darle la oportunidad a cada dia a ser nuevo es lo que hace que pensemos que lo mejor está por llegar.

      Es que a veces un presente tan pequeño como un bombón dice mucho.

      Vaaaale, como ya es tarde lo desvelaré: las dos primeras palabras de cada linea.
      ¡ Es que no se me ocurrió nada mas !

      Eliminar
  5. Respuestas
    1. Juana: No te conformes con menos de lo que te mereces.

      Y si, te mereces el chocolate... pero también mucho mas.

      Eliminar