El Hope lleno a rebosar, fuera un viento frío que había bajado de golpe la temperatura de los últimos días. En los altavoces sonaba el primer Dylan. En las paredes Kenton.
En mi camino entre la puerta y la barra donde me esperaba un café que me había bien merecido pasé junto a la mesa de unos jóvenes.
"Lo que no guardes lo puedes perder" le escuché a uno.
"Quién te ha dicho eso?" preguntó el otro.
"Chrome, cuando lo iba a cerrar".
Y yo intentando adivinar qué sabio chino había dictado esa sentencia.
Llegué a la barra sonriendo
Una catástrofe. (¿presunta..?)
ResponderEliminarErik: Hay fuentes que nunca se secan, solo hace falta reiniciar.
EliminarEso podría tener su ventaja, poder deshacerse de algo, con sólo no guardarlo.
ResponderEliminarDemiurgo: Las máquinas funcionan como máquinas, los humanos nanay.
EliminarPero hay cosas que son muy difíciles de guardar
ResponderEliminarIkana: Casi tantas como las que son muy difíciles de olvidar
EliminarY a veces, hasta lo que guardamos, se pierde.
ResponderEliminarUnas imágenes muy bonitas.
Carmela: Lo que yo he perdido en internet ha gastado más GB de las que tiene mi nuevo portatil.
EliminarKenton Nelson se ha ganado un sitio entre mis favoritos.