Principio uno: Viajar solo hace que escuches más.
Hace un par de navidades las pasé en Melbourne, curioso eso de diciembre y pleno verano. En el museo estatal había anunciada una exposición "Rojos". Fuí, los cuadros y fotos explicaban el título.
En la cafetería me senté justo detrás de dos mujeres de muy buen ver (que se extrañaron un poco, quizá porque el resto del espacio estaba vacío). Cuando se olvidaron de mi presencia pude escucharles.
* A ver, explícamelo bien; ¿estás cabreada con tu marido y la razón es que tu hijo es un santo?
* Si, cuando me dio su carta a Papa Noel.
* ¿Y?
* Te la leo: "Querido Papa Noel, este año no te pido nada para mí. Solo llévale vestidos a todas esas pobres señoras que están en la computadora de mi papá".
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Cerca del cuadro de mujer de rojo y ovejas pude escuchar a una mujer que le hablaba a su acompañante que le escuchaba con cara divertida.
"Pues si, como me recomendaste he encontrado mi peso ideal en base a lo que mido...ahora solo debo conseguir crecer unos 25 centímetros".
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Principio dos: Escuchar más es divertido y enriquecedor.
Cierto esto último
ResponderEliminarErik: Saber escuchar es un superpoder.
Eliminarviajar solo es lo mas del mundo,
ResponderEliminarbella: Más de un par de décadas llevo yo haciéndolo.
EliminarMe gusta la gente que sabe escuchar.
ResponderEliminarViajar, sola o bien acompañada, me encanta.
Un beso.
Carmela: Totalmente de acuerdo con tus líneas.
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