El sol había ganado la batalla y la temperatura era una gozada. Dejé el libro en mi regazo, cerré los ojos e intenté relajarme.
El tipo de la visera estaba sentado en la mesa a mi izquierda. Hablaba a un portátil lo suficientemente alto como para que me enterara de todo sin ningún esfuerzo.
"¿Me preguntas qué dónde me gustaría estar?
· En las soleadas navidades australianas, en uno de los preciosos cafés de suelo de madera de Fremantle, leyendo unos versos de Carver o Bukowski, bebiendo un café latte.
· O callejeando por Londres, huyendo de los turistas veraniegos y de sus rutas atiborradas.
· En el interior cálido, suave y húmedo de una mujer.
· Sentado en el Central Park, en una de sus zonas de sombra, viendo los grandes y bellos edificios que lo rodean cuando levanto la vista de los "nueve cuentos" de Salinger en mi relectura anual...o recorriendo lentamente las salas del MOMA unas horas más tarde.
· En el sillón de casa, escuchando a Lucinda, con un vaso de Riesling muy frío en la mano, su sabor en el paladar.
· Contigo".
Tenía buen gusto, sus elecciones me parecían bastante sugerentes, y me atrevo a suponer que la persona con la que hablaba escucharía encantada.
No se yo....
ResponderEliminarErik: Cada cual conoce sus preferencias y hace sus elecciones.
Eliminar