humor

 

Erase una vez un domingo de recomendable cobijo bajo techo.

El Hope lleno a medias.

En una pared la fumadora a la que le importaba bien poco el armamento policial, en la otra la cantante con su colección de globos.

En los altavoces Regina.

En la mesa de la ventana tres mujeres. Con una conversación de esas de que unen confianza y un poco de "miraquebrillanteyocurrentesoy". Bueno hablaban dos, la tercera, la morena con pelo a lo chico solo escuchaba.

La de los ojos grandes estaba diciendo en ese momento: "Tengo una frase que repito constantemente varias veces al día y me encanta, es mi preferida".

Pausa. Larga.

La que usaba gafas preguntó al fin: ¿Qué frase?

"Eso lo decidiré yo". Y se rie. "Voy a hacer pis" y se va.

Las otras dos se quedan en silencio.

Regresa la meona. La "muda" dice entonces dirigiéndose a la "gafas": "Atrévete a decírselo a la cara".

La meona mira a la gafas, la gafas mira a la muda, la muda sonríe traviesa.

Las otras dos entienden, sonríen mirandose y negando con la cabeza...ya sabéis ese gesto de reconocer que no hay nada que hacer con alguien.

No me queda menos que pensar que cada vez que eres capaz de añadir humor a cualquier tipo de situación, vences.

Y colorín colorado esta mañana ya no da más de si.