Al final del día se sentó tranquila y relajada en su sillón favorito, el de orejas, el que estaba junto a la estantería de IKEA en la que reposaban sus libros preferidos. Los "releíbles" como los llamaba.
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Frente al ordenador; él seguía tecleando a toda "su" velocidad, que no era mucha. Le estaba saliendo el texto de corrido. Sus ojos fijos en el teclado, con expresión concentrada. Tenía una sensación mezcla de euforia y calma. La aparición de un amago de sonrisa demostraba que estaba disfrutando.
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Pensó que había sido una buena jornada, el paseo "cultural" como lo denominaba fue un éxito total; la visita al museo muy agradable, sin colas ni aglomeraciones. Como siempre se sentó para observar el Rothko que parecía prohibir el paso, como siempre visito la tienda y, como casi siempre, no pudo evitar la tentación: Se compro un pin de un desnudo de Modigliani que se colocó de inmediato.
En la librería se encontró la grata sorpresa de que los dos libros que encargó habían llegado. Contenta subió al piso superior, donde estaba ubicado el restaurante, y comió regalándose una copita de un Riesling excelente.
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Finalizó el texto. Suspiro. Se pasó las manos por el pelo. Se estiró alzando los brazos hacia el techo. Y releyó lo escrito; mientras lo hacía -al llegar a algunos párrafos- se le escapaban sonrisas de satisfacción. Al acabar se sintió relajado: Le gustaba. Se dio unos segundos de pausa para recrearse en sus sensaciones. Y se puso a buscar imágenes para ilustrar lo escrito. Decidió que no quería fotos, abrió las carpetas de pinturas: Nelson, Van Hove, Rockwell, Hopper, Vettriano, Arte Nuevo. Al final eligió el Nelson de la mujer en la playa con la libreta a sus pies que le iba muy bien al texto.
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Se levantó del sofá, encendió la TV y se fue a la cocina a prepararse una ensalada "completa", oía al invitado al programa como fondo "La felicidad son las pequeñas cosas. Cada persona disfruta de placeres diferentes. Pero existen algunas que saben reconocer los propios y los valoran; son las que llenan de algo ilusionante todos sus días".
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Abandonó el ordenador, calentó la cena en el microondas, volvió al salón, pulso el botón de la tele con la cabeza puesta en los posibles comentarios a su entrada. Alguien, en la pantalla, decía "La felicidad son las pequeñas cosas. Cada persona disfruta de placeres diferentes. Pero existen algunas que saben reconocer los propios y los valoran; son las que llenan de algo ilusionante todos sus días".
Gracias por compartir tu día de elaboración del post. Me encantan tus imágenes.
ResponderEliminarMelita: Cada día una entrada, es el acuerdo conmigo mismo que cumplo hace más de diez años.
EliminarMe encanta cuidar el aspecto visual.
¡Cierto!
ResponderEliminarErik: Hay personas que saben empezar cada día con algo ilusionante. Son las que saben aprovechar la vida a full.
EliminarMe gusta como inicias, Guille
ResponderEliminarRecordé que hace unos días, a mi hija se le olvidó el celular y laptop en casa, [ya sabes, pandemia y trabajo en casa]; yo me había preparado para una mañana relajadita y me llama una hora después, "mami, me olvidé el cel y la lap, cualquier mensaje que llegué me avisas y enciende el portátil que también allí tienes que estar al pendiente", pues eso, mi mañana se volvió caótica, entre los cientos de mensajes al cel y la lap que llegaban archivos de forma contínua, que tenía que estar informando, respondiendo, buscando documentos y enviando, estaba casi a punto de salir corriendo. Había pasado una hora y yo creí que me había llevado el día completo. Me gustan mis años y me gustan mis tiempos, guille.
Adel: El tiempo propio es uno de los lujos que hay que saber saborear.
EliminarSi hay que ayudar, se ayuda. Pero enseguida que sea posible recuperar nuestro espacio y nuestro tiempo personal.
Guille me encanta que estés tan comprometido con tu precioso blog, se nota que lo cuidas y mimas. Admiro mucho tu constancia porque ya sabes que a mi a veces me abruman algunos acontecimientos y nunca soy tan constante. De verdad logras esa sensación de café abierto todos los días para quién lo necesite.
ResponderEliminarEsta historia me ha gustado mucho, como has intercalado lo que hace el autor del blog con lo que está aconteciendo en el texto que está escribiendo. Así estamos presenciando dos realidades, la del escritor y a su vez, la de su personaje. Hasta que al final se entrecruzan ambas historias. No sé si lo entendí bien, pero me pareció así y me encantó :) Un besazo.
Lua: me propuse escribir cada día y ya llevo más de diez años.
EliminarMe gusta como la entiendes y me encanta que te encante.