Chica 1:
Fue en un momento de esos en que el tiempo parece que no corre.
Se abrió la puerta del vagón del metro y lo vi. El amigo de mi hermano, el que me había presentado el finde anterior, el que me gustaba con locura.
Ni me vio.
Se cerraron las puertas y desapareció.
Chica 2:
Hay tantas cosas que dejamos por hacer en la vida.
Cosas que apetecen, a las que renunciamos porque siempre permitimos que venzan las posibles inconveniencias a la curiosidad del ¿como será...?
Miro a la pantalla.
Releo la invitación escrita.
Se me suben un poco los colores.
Pico "enter".
Buenas noches Guille :)
ResponderEliminarEn el primer caso la chica 1 deja escapar una gran oportunidad, quién sabe qué hubiera pasado... que lástima con lo mucho que le gustaba el chico... y en el segundo caso, creo que la chica 2 sí ha decidido "subirse al tren" y no dejar escapar la oportunidad.
La reflexión de la chica 2 es muy cierta... Un gran abrazo Guille bonito!!! :*
Lua: Que sepas que mejoran cuando apareces.
EliminarLas oportunidades que no aprovechamos son el caldo de cultivo para pasar el resto de la vida con la pregunta "¿Y si...?".
No dejar pasar una oportunidad que le sube un poco los colores. Suelen ser las que acaban mejor.
Es parecido a cundo ves algo en el hiper o en los grandes almacenes que te gusta. Yo desde alguna vez (?).
ResponderEliminarYa me lo llevo siempre
Erik: Dejarse vencer por esas "pequeñas" tentaciones es una buena manera de sumar positivismo a la propia vida.
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