.

.

martes, 10 de septiembre de 2019

lo que no se puede abandonar



La mañana ha discurrido ocupada. Elegir que es lo que iba definitivamente a la basura y lo que se quedaría fue complicado. Parece que tengo un ligero toque de ese síndrome de guardar objetos que no se usan. Al final el 75% se fue para no volver y el resto, lo que perdura en el tiempo -eso que parece imposible de separar de nosotros porque es parte de un momento señalado de nuestras azarosas vidas- volvió a esas cajas que llevaban sin abrir diez años a esperar otra década para ver si en la siguiente limpia les tocaba desaparecer.

Son las cuatro y diecisiete. Debería comer pero todavía no me ha venido el hambre.

Tengo que salir de casa a un par de recados y a la inauguración de la exposición que monta una amiga. Es con cuadros del Hyman, que me gustan mucho pero... ¡Que pereza!

Zangoneaba por el corte inglés cuando una dependienta con un peinado imposible se acercó y amablemente me preguntó "¿Ha elegido ya?"
 Mi cerebro -aliado a mi boca- contestó antes de que tuviera tiempo de procesar la pregunta.

* La verdad he dudado entre la rubia de las trenzas y tu, pero definitivamente ganas tu.

Me miró.
Pero de verdad, me miró de arriba abajo.

* Ya estoy muy elegida.
* No soy celoso.
* Tengo novio.
* Mi novia también.

Se le escapó media sonrisa.

* Voy a una exposición esta tarde...

Por cierto, la muestra mucho mejor de lo que esperaba.. 

"La foto de la librería me la he hecho yo igual, una semana antes de que se quemara Notre-Dame”..
"Fijatetu" contestó.
"Digo lo de la iglesia porque la librería está en la acera de enfrente, pasado el rio”.
"Fijatetu" repitió, haciendo evidente que su atención estaba focalizada en las pinturas y no en mi.

Aprovechando que estaba arrebatada ante las hojas que volaban, ahora fui yo la que la miré. Pero de verdad de arriba abajo. 
Mi cerebro -con esa manía de pensar por libre- se estaba preguntando si pertenecería al 25 imposible de abandonar.



22 comentarios:

  1. Reconocí la librería y había quedado con dudas. Con los datos que das es efectivamente la que yo creía. Me alegró saberlo, así como los recuerdos que me trajo.

    Soy de las que apuntan síntomas del síndrome de Diógenes también. Me gusta cómo lo traes, así como me gusta el misterio de no saber, cuando conozco a alguien, si formará parte del porcentaje imposible de abandonar...

    Muchas cosas se movieron en mí con esta entrada. Quizás por eso la esperaba, sin saberlo

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alís: Es de esas entradas que empiezan por un lado y acaban por otro. Voy escribiendo lo que va saliendo.

      Lo de que me hice la foto igual a la pintura una semana antes del incendio es verdad. En realidad fui a Paris después de más de veinte años sin visitarla a tres cosas: Esa foto, hacerme la foto de Simone de Beauvoir en el Deux Magots y tomar un café en el Flore.

      Espero que los movimientos fueran para bien.

      Eliminar
  2. Pues sí, hay cosas que no se pueden abandonar porque nos explican y personas que permanecerán entre ese 25 por ciento, en nosotros.
    No sabía la historia de la librería pero me ha encantado. La he leido de arriba abajo y guarda la esencia de las historias interesantes, bien contada. Fijatetú, en el corte inglés!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. mukali: A mi que me gusta el minimalismo me produce una contradicción. Tengo la casa llena de libros, tazas, elefantes.....

      La verdad es que fui a con la idea de hacer las tres cosas que le pongo arriba a Alís. Y las hice las tres. En el Deux Magots, que estaba lleno, hice una media revolución para que dejaran vacía la mesa de Simone.

      Nunca se sabe donde empezará la magia. Tengo yo varias historias de hoteles y museos que podían estructurar una novela.

      Eliminar
    2. ¿Que hiciste para quedarte con con la mesa de Benavoir? he aquí otra curiosa genética....jajaj.
      Ese café recuerdo que salía en la novela de "Lolita" de Nabokov...
      Por cierto estaba rico?...
      Me tienes que enseñar esa foto en el Shakespeare and company.

      Eliminar
    3. Mukali: Cuando llegue estaba ocupada. Me senté en una enfrente, de forma lateral. Cuando la pareja acabó su desayuno y se marchó, el camarero empezó a recogerlo todo. Otra pareja esperaba. Aparté al camarero, le dije -con una sonrisa- a la nueva pareja que un minuto. Puse el móvil en la mesa justo enfrente, programé el disparo, me senté en el sitio de Simone (con el mismo enfoque de toda la pared) y zas..foto.
      Le dí las gracias a todo el mundo y volví a mi mesa para acabar mi desayuno.

      Para mi, mejor el deux que el flore.

      Eliminar
  3. No soy de guardar muuuchas cosas,pero si las que contienen recuerdos irremplazables de momentos que me dieron felicidad.... Y quien no quisiera pertenecer al 25% de los imposibles de abandonar.
    Me gusto el "Ya estoy muy elegida".... Linda historia. Besos Guille

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gra: La vida vale lo que vale ese 25% que no puedes abandonar.

      Esa frase me la dijo hace más de una década una alumna mía de catorce años toda orgullosa.

      Eliminar
  4. Es un porcentaje fijo en todo. Como nuestra composición, que ya se encarga el agua de que no varíe demasiado. Cuestión de proporcionalidad; conoces el número áureo?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Melita: Conozco el número áureo, pero aún no he logrado encontrar esa proporción en ninguna parte mía, jajajajajajaja

      Eliminar
  5. Yo lo guardo todo, pero no tengo ningún síndrome...pero lo que me sirvió una vez... puede que me sirva otra...
    y cuando algo está viejo, lo restauro.
    Y así voy pasando mi tiempo... al 100 %.
    De momento, mi casa es grande... cabe todo y caben todas.
    :) besotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Laura: Ese es un gran motivo para guardad lo que se tiene, casí siempre se puede volver a usar.

      Lo de restaurar es genial, aunque se tiene que tener una habilidad que a mi me falta, ser "manitas".

      Grande, cabe todo Ummmm

      Eliminar
  6. Yo guardo todo, pero cada vez necesito menos.

    Bueno, todo menos el largo comentario que había hecho a esta entrada y que se ha perdido al perder la conexión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alicia: Usted ya sabe que no puede decirme que existía un comentario largo y NO intentar su reproducción.

      Muy de acuerdo con tu primera línea.

      Eliminar
  7. Sí puedo, sí.
    Si estaba de no salir, por algo sería. Y además últimamente me siento vaga y me estoy permitiendo serlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alicia: Sea usted vaga, que es algo normalmente positivo para la salud.

      Pero decirme que existe y no enseñarmelo es tortura según la declaración de derechos humanos fundamentales.

      Eliminar
  8. En algún lado quizá te está esperando otra entrada/comentario que te haga olvidar el que nunca llegó.

    ResponderEliminar
  9. Acabo de terminar la mudanza. ¡No me quedo con nada nuevo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bubo: Las mudanzas, esa prueba irrefutable de que la cultura si ocupa lugar.

      Eliminar