Se vistió sin prisas, eligiendo con sumo cuidado los accesorios.
Se vio más elegante que guapa. Ayudaba que -en los últimos tiempos- él no la hacía sentirse especialmente deseada.
En el restaurante-espectáculo las cuatro parejas de amigos se colocaron el la distribución de siempre, en una mesa -de situación inmejorable- que permitía ver las actuaciones de forma privilegiada. Hoy un artista de voz potente y canciones planas, olvidables todas.
La comida y la bebida excelentes.
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Mientras esperaba que viniera del parking a recogerla, se le acercó una mujer despeinada, sonriente y con luz en la mirada. Se plantó ante ella y le dijo:
"Te he visto, tenías los ojos tristes. No les dejes gastar tu tiempo."
Luego, descaradamente, la beso en los labios, largo y dulce, sin que ella hiciera nada por evitarlo. Y se fue.
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Siempre recuerda que ese fue el primer día del resto de su vida. La que vivió de verdad.
Y tanto que sí, que fue un punto de inflexión. Le hizo ver las cosas, y a sí misma, de otra manera, nada menos. Y por pura generosidad.
ResponderEliminarÁngeles: a veces algo casual es el empujón definitivo que se necesita.
EliminarCuando se está instalada en la rutina, son los oleajes que llegan de fuera los que nos hacen movernos.
Y por lo general esos puntos de inflexión son inesperados. Pero una vez que se tiene conciencia de ellos, son puntos remarcados en nuestras vidas, para siempre
ResponderEliminarAbrazo
Frodo. Tienes razón en ambas cosas.
EliminarOcurren de forma inesperada y dejan claro aspectos que no lo estaban...y una vez tomada conciencia ya no hay vuelta atrás.
linda historia, linda lección...
ResponderEliminarf: Las cosas son lindas cuando son para bien.
EliminarEsa capacidad de observación, para besar a la mujer que aceptará el beso, es un talento importante.
ResponderEliminarSaludos.
Demiurgo: Lo mejor es que quienes poseen ese talento lo encuentran natural.
EliminarY el atrevimiento debe ir incorporado de fabrica.
Hay veces que necesitas un empujoncito...
ResponderEliminarhécuba: Eso es bien cierto.
EliminarY a veces llega de la forma mas inesperada.
Yo con empujoncitos llego a donde haga falta.
la vida te puede cambiar en un segundo y en un segundo tambien te das cuenta que no era vida ...y es que empiezas a vivirla
ResponderEliminarOdalys: Siempre estamos a una sola decisión de cambiar nuestra vida.
EliminarNo creo que en nada cambie en un instante, hay un proceso detrás y lo que se da en el instante es un detonante que hace que no haya vuelta atrás. Un impulso, un empujón, que si no viniera por eso, vendría por otra cosa, porque el proceso, una vez que se empieza, es imparable.
ResponderEliminarMuy buena historia,por cierto, que me dedico a filosofar y me olvido de la crítica literaria...jajajajja
Alicia: Filosofar sobre alguna historia puede ser una muy buena crítica literaria.
Eliminar¡Claro! el empujón es el detonante de una situación. Pero el resultado de ese detonante viene por ese justo instante. A veces sin el detonante llega la rutina.