Mujer uno.
Ahora que no podemos salir (no debemos) es cuando extraña más aquello que leí hace ya bastante tiempo: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais; he visto gente detenida ante puertas abiertas".
Hombre uno.
Me gustaría poder decir que todo lo aprendí en los libros, pero no.
Para muchas cosas se necesita la calle.
Mujer dos.
Alguien, seguramente, habrá hecho un estudio profundo de lo conveniente de un buen polvo para desestresar.
Claro que encerrada aquí, sola, tengo que recordar lo que siempre dice Pito: "No vivir cerca de una pastelería no obliga a prescindir del pastel de queso".
"Eso" a mi me suelen salir muy bien
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Mujer tres.
Leer, comer, ejercicio, videochats, música, algo de TV, blogs...
Hacer vida de la nueva cotidianidad.
Parece cierto que guardo en mi la dulce persistencia que hace brotar vida hasta entre las rendijas del cemento.
Son tiempos de hacer brotar vida de dónde sea. Y no podemos quejarnos, en esta época, de falta de alternativas. Otra cosa son las ganas...
ResponderEliminarBesos
Alís:una de mis pocas virtudes en la capacidad de adaptación.
EliminarSi no se puede salir no es excusa para dejar de vivir....a full.
Definitivamente tres... hay que saber adaptarse, sacar el mejor partido de las circunstancias dadas.
ResponderEliminarNi ayer ni mañana... hoy. Ahora.
Un beso.
AlmaBaires: la capacidad de aprovechar las circunstancias reales es algo que suma y mucho.
EliminarSacar lo mejor de lo que hay.
Demasiado incierto el horizonte. Posiblemente todas esas elucubraciones ya no sean lógicas dentro de poco.
ResponderEliminarErik: Siempre habrá gente que tenga pánico a la libertad de elegir y prefieren que "otros" decidan.
EliminarSiempre será necesaria la "calle" para saber.
Siempre se encontrarán variantes a no tener cerca la pastelería.
Siempre los brotes vencerán al cemento.
Toca adaptarse a lo que hay, a lo que venga...
ResponderEliminaralut :)
artur: siempre nos adaptamos. Ahora las circunstancias nos obligan más.
EliminarY en nada tendremos que adaptarnos a una normalidad rarita.
Oh! que bonito final.
ResponderEliminarLa dulce persistencia para la felicidad, diría yo.
En estos días hay que quererse mucho, cuidarse y mimarse.
Y hacer todas esas cosas que en otros tiempos son impensables. Fijate hoy mis hijos se han empeñado en abrir un juguete (de reyes) que yo creía que no abriríamos este año por juguete coñazo. Un insecticefa para criar bichejos asquerosos y experimentar con plantas, larvas y otras guarradas. Toda la tarde entretenidos creando un habitat!!! cazando renacuajos de la piscina, moscas y otros especimenes lindos ¿quien me iba a decir que me lo iba a pasar tan bien? jajajaj.
mukali: Hay lo que hay. Saber adaptarse a eso es lo que conseguirá que estos días sean aprovechados.
EliminarQuererse, cuidarse y mimarse es algo que debe estar presente en estos días y en todos los otros.
Es curioso como nos acostumbramos a todo
ResponderEliminarlopillas: esa es la verdadera base para la supervivencia.
EliminarAún no me he aburrido ni un solo día. 😉
ResponderEliminarSiempre tengo algo que hacer...
Besitos estresaos.
Laura: tu siempre sabes encontrar algo para hacer, sea en cuarentena sea en lo que antes llamábamos vida normal.
Eliminar¿Estresada? Véase solución de mujer dos.
La calle también se ha quedado en casa, me temo
ResponderEliminarIkana: Pero volverán las calles a ser pobladas y se podrá acceder a lo que patearlas enseña.
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