Yo estaba en la puerta de la estación admirando la escultura de la mujer que se liberaba. Ella salió hablando por un teléfono de esos que llaman inteligentes pero que dependen totalmente de la capacidad y habilidad de quien lo usa. (Eso o el mio es muy torpe).
Me llamó la atención la primera frase que le oí y decidí seguirla:
* El trayecto en tren se me hizo cortísimo, bien.
* Los del coche de alquiler amables y rápidos, bien.
* La autopista vacía, bien.
* La habitación del hotel un verdadero lujo, bien.
* Los siete polvos indescriptibles, bien.
* La cena en el restaurante exquisita, bien.
* Lo único que no acabo de entender es porque todos se empeñan en repetir que soy una optimista...."
Aquí me dí cuenta de que era la hora de mi tren y -muy a mi pesar- regresé rápido hacia la estación.
Me reconocí en ella. Me gusta creer que ese es mi estilo. Optimista, valorando lo que me va sucediendo...claro que lo de los siete polvos yo debería ubicarlos temporalmente.
Lo de los siete me suena. Eso ocurre cuando ella es mucho mas joven y tu te das cuenta de que estas hecho una mierda y el dia se te hace cuesta, cuesta arriba.
ResponderEliminarLuego ya...
Bien.
Y así hasta ahora
que ya ni me acuerdo de cuando
Erik: Como dice mi prota masculino: "Hay que ubicarlos temporalmente". En tres días hasta yo me atrevo.
EliminarAhora hay afortunados que dicen Siete al año. Bien.
Una actitud que no deberíamos perder nunca, la de ser optimistas..
ResponderEliminarTres días?.... sí señor, hay que ser optimistas, esa es la actitud. :))
Carmela: La actitud es lo que hace que aprovechemos o no la vida.
EliminarNo parece imposible.