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domingo, 22 de noviembre de 2020

este cuento va de domados e icebergs


Erase una vez en uno de mis viajes, el último día de mi estancia en Suecia. En la sala executive del hotel, presidida por un imponente elefante protector, todos los presentes hablaban en susurros para no alterar la calma.

Una de las rubias -había varias- le dijo al tipo que le acompañaba: "Fuiste salvaje, no dejes que te domen".


Casi en la misma postura que en el cuadro que tenían encima (pero señalando una foto en un Ipad) otra rubia -estamos en Suecia, casi todas son rubias- le comentaba a su amiga (siiiii, esta también rubia): "La mente es como un iceberg".


Y yo, esperando el taxi que mandan a recogerme, voy asimilando las ráfagas que han llenado mis oídos.


Y no, nunca dejaré que me domen. Quienes lo intentan -por definición- no se merecen conseguirlo, ni que les haga caso..

Y si, es importantísimo saber adivinar la parte sumergida. Que no solo es la mayor, es -siempre- la que verdaderamente vale la pena.


Cansa la gente que solo sabe valorar la superficie. Si, esos que suelen ser los domados.



6 comentarios:

  1. Cambiar a alguien a nuestro antojo significa que no es con esa persona con quien queremos estar....qué sentido tiene estar con esa persona. Nuestra parte salvaje es la más verdadera, al igual que lo que no se ve a primera vista suele ser lo más interesante.

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    1. Carmela: hay una frase que dice Si te gusta el Che ¿por qué te empeñas en cortarle la barba?

      La persona que sabe conservar su parte salvaje, continua viva.

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  2. Con lo bonito que es ir por la libre, descubriendo matices y divirtiéndose denlo lindo con tanta novedad y salvajismo.

    Pero gustan de complicarse

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  3. Respuestas
    1. Erik: Básicamente lo recomendable es ser como le apetece a cada cual.

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