Su amiga llegó mientras ella estaba en la ducha y entró en el piso con la llave que tenía. Se dirigió a la cocina, se preparó un cosmopolitan sin dejar de explicar el plan de marcha que tenía para las dos.
Cuando salió de la ducha, con el pelo todavía mojado protegido por una toalla, recibió de su amiga un vaso de tinto.
Miró su vestido rojo palabra de honor, su peinado, y desganada le dijo:
"No tengo cuerpo de marcha, estoy de bajón. Seguro que si el corazón supiera pensar elegiría dejar de latir".
"No te abandones, todavía no. Esto es pasajero. Tus mejores besos, tus risas mas descaradas y tus mejores días están todavía por llegar".
"Me gustaría tener tu confianza y ser capaz de olvidar todas las estúpidas ideas preconcebidas que me pesan, desaprender los conceptos erróneos que nos van inculcando y dejar fluir la vida. Solo vivirla, solo vivirla, solo vivirla".
"Vale, acábate el vino, tápate esas maravillosas tetas con uno de tus maravillosos vestido y vamos a vivirla maravillosamente esta noche".
Palabra de honor que no me caigo...
ResponderEliminar¿Que tendrán las tetas?
¿Sera por mamífero???
Que la vas a llevar a bailar ¿a que sí? Besos.
ResponderEliminarTarea difícil abandonar todo ese equipaje que hemos heredado y cargado durante años... pero difícil no significa imposible.
ResponderEliminarBesos.
Ainssssss... si es que aquí no nos dejan salir, pero las ganas que tengo yo de ponerme un vestido así (u otra cosa más cómoda) y salir a tomarme dos copas a una terraza de mi ciudad donde ponen los mejores combinados.
ResponderEliminarClaro que también me puedo poner un pijama limpio (o un chándal) y pasar a casa del vecino y abrir lo que "haiga" por el frigo (y estoy segura que lo pasaré igual de bien ¡o mejor!).