Salí del Hope un poco eufórico por las dos copas de un excelente riessling alemán y -vistas las imágenes de sus paredes- convencido que las mujeres leen mucho y lo hacen tumbadas..
Nunca voy en bus si puedo elegir. No por los olores (que también), no por los apretones (que también), es que no me gusta nada esperar.
Hoy he tenido que ir en bus.
Y las orejas se me llenaros de palabras.
Lo primero que oí antes de llegar al ultimo asiento que quedaba libre fue a dos críos en la primera adolescencia. El del pelo cortado como si lo hubiera hecho su peor enemigo preguntaba: "En Kenia, en la cabalgata de reyes ¿pintan a dos de blanco?
A mi derecha una joven compartía confidencias con su amiga; "Si esta bien, me gusta. Pero es tan cumplido. Lo conozco desde pequeño y de niño saludaba a cada vuelta del tiovivo.”
Conseguí no reírme, después de todo de pequeño me compré las famosas gafas que según su publicidad eran de rayos X y permitían ver a las tías desnudas.
¿Quien puede hacer algo asi? En mi descargo diré que solo me compre cuatro. La primera para ver si funcionaba, las otras tres para saber si me las habían vendido estropeadas.
...Y entonces entró. La mujer mayor con bastón y un peinado que parecía un nido de cigüeñas. Miro a todo el mundo que permanecía sentado. En voz muy alta dijo; "¡No hay vergüenza!".
"Lo que no hay es sitio" le soltó el muchacho del pelo imposible.
Es evidente que tengo que subir mas en el autobús.
A veces bajar al mundo, pisar la calle y mezclarse con los que lo habitan es una experiencia sumamente enriquecedora. Otras veeces no. Pero esas procuramos olvidarlas rápidamente.
ResponderEliminarP.D.: ...y si, tumbadas -también- leemos.
Alicia: Mezclarse con los que habitan la calle es una fuente de conocimiento cuando se tienen las orejas listas...y se vence a la poderosa atracción del sillón.
EliminarPd: Es que me he fijado que tengo acumuladas bastantes imágenes de mujeres leyendo y casi todas están tumbadas.
Habra que avisar a la universidad de Arkansas para que haga un estudio sobre el caso.
Ya veo que no conoces el secreto de los autobuses, amigo. Pero yo te lo digo: cuando creemos subir a un autobús, en realidad estamos entrando en una dimensión desconocida, en una realidad paralela, en un universo diferente en el que habitan personajes muy curiosos que merece la pena observar. Y cuando vuelvas a subir a un bus, ya verás cómo algunos son los mismos: es que viven ahí :D
ResponderEliminarÁngeles: Me ha gustado eso de que son los mismos porque viven ahí.
EliminarLos lugares públicos (buses, hall de hotel, aeropuerto, estación, cafés...) están habitados por voces desconocidas que nos abren perspectivas impensables.
Soy poco de bus o metro, pero cada vez que me toca utilizarlos les saco mas partido que el mero desplazamiento de un lugar a otro.
Pero noto que hablo con una experta.
Después de lo que dices sobre los lugares y transportes públicos, las voces que los habitan y el sacarles partido, no me queda más remedio que dejarte esto, para que veas que, en efecto, soy una experta, je,je.
ResponderEliminarEs broma: es para que veas que estamos totalmente de acuerdo.
Ángeles: Siempre he considerado una suerte el haber aprendido a escuchar.
EliminarY me encanta imaginar a mi modo y manera como finalizaran las historias que se me quedan a medias.
No sabía yo que había unas gafas de esas, jajaja
ResponderEliminarEl mundo del transporte público si te gusta observar es único, hay veces que casi apena llegar al destino porque es fascinante las historias que puedes oír y a la gente le gusta tanto explicarlas.
Conxita: Me parece que se quedan en leyenda urbana.
EliminarYo asocio a esa posibilidad de "fisgonear" en lo que otra gente dice a ciertos lugares y transportes públicos (buses, metro, hall de hoteles, aeropuertos, estaciones....)
Me fascina ese fisgonear para escribir historias que algunos te dejan atisbar y que la imaginación se encarga de completar, es fantástico.
EliminarConxita: Es que sin imaginación el escuchar pierde magia.
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