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sábado, 29 de junio de 2019

cimientos


Te recuerdo una tarde en el porche, después de, apoyada en mi hombro, cada uno dedicado a nuestros pensamientos, con ese tipo de silencio cómplice que une mas que separa.

Te recuerdo por la mañana, acodada en la terraza, sin ropa encima, cuando abandonaste la cama satisfecha por el sexo matinal y te desviaste del camino a la ducha para permitir que el sol rozara tu piel.

Guille dejó de escribir en el portátil y enseñando lo que había en la pantalla a Liu-Liu le dijo: "Mira estoy escribiendo los recuerdos que tendré en cuanto nos vayamos un finde a cualquier ciudad que no sea la nuestra".

Ella leyó, sonrió y preguntó "¿Y en la terraza que puedo estar pensando?"

"Seguro que calculas si me has dado suficiente periodo de latencia y la ducha puede esperar, que la cama parece que te llama".

"¡Que optimista el triunfador!".

"jejeje, el triunfo se cimienta en el atrevimiento de empezar".


14 comentarios:

  1. Buenos recuerdos de un futuro prometedor.

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    1. AlmaBaires: Puestos a crear recuerdos para el futuro que menos que hacerlos de los buenos.

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  2. Me gusta imaginar recuerdos. En ellos todo es posible.

    Un abrazo

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    1. Alís: Y además luego se puede intentar hacer que salgan.

      Y eso es glorioso.

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  3. Una profecía autocumplida como método de seducción.
    Y en este caso, parece que funcionará.
    Muy artística la segunda imagen.

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    1. Demiurgo: Por lo menos ella no parece indignada con lo que él imagina. eso ya es un avance.

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  4. Me gustó esto de escribir recuerdos que serán.
    Besitos

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  5. Pues ya sabes, a empiezar.
    Desde abajo.
    🙂😎 Besos

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    1. Laura: Empezar desde abajo es de lo mas sugerente.

      Y si se hace bien, si que luego hay que empiezar para recolocar todo en su sitio.

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  6. Me gusta, porque es algo que yo también hago. Imagino mucho.
    Y bien.
    Y luego se cumple.
    Y a veces (casi nunca por no decir nunca) no es como planeé.
    Y entonces me junto con unos recuerdos reales fabulosos, porque a veces (casi siempre) es mejor de lo que yo pensé y otros imaginados.

    Y es como ser Silvia Plath y poderte comer todos los higos.

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    1. Alicia: Yo también lo hago.

      Y tu gradación: Bien. Luego se cumple. Pero no igual. Si mejor. Dos memorias a guardar es genial.


      Me impresionó saber que ese deseo sabiamente reconocido como imposible lo escribió la Plath a los 18 años.

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