Te recuerdo una tarde en el porche, después de, apoyada en mi hombro, cada uno dedicado a nuestros pensamientos, con ese tipo de silencio cómplice que une mas que separa.
Te recuerdo por la mañana, acodada en la terraza, sin ropa encima, cuando abandonaste la cama satisfecha por el sexo matinal y te desviaste del camino a la ducha para permitir que el sol rozara tu piel.
Guille dejó de escribir en el portátil y enseñando lo que había en la pantalla a Liu-Liu le dijo: "Mira estoy escribiendo los recuerdos que tendré en cuanto nos vayamos un finde a cualquier ciudad que no sea la nuestra".
Ella leyó, sonrió y preguntó "¿Y en la terraza que puedo estar pensando?"
"Seguro que calculas si me has dado suficiente periodo de latencia y la ducha puede esperar, que la cama parece que te llama".
"¡Que optimista el triunfador!".
"jejeje, el triunfo se cimienta en el atrevimiento de empezar".
Buenos recuerdos de un futuro prometedor.
ResponderEliminarAlmaBaires: Puestos a crear recuerdos para el futuro que menos que hacerlos de los buenos.
EliminarMe gusta imaginar recuerdos. En ellos todo es posible.
ResponderEliminarUn abrazo
Alís: Y además luego se puede intentar hacer que salgan.
EliminarY eso es glorioso.
Una profecía autocumplida como método de seducción.
ResponderEliminarY en este caso, parece que funcionará.
Muy artística la segunda imagen.
Demiurgo: Por lo menos ella no parece indignada con lo que él imagina. eso ya es un avance.
EliminarMe gustó esto de escribir recuerdos que serán.
ResponderEliminarBesitos
lopillas: eso si, tienen que se de los muy buenos.
EliminarPues ya sabes, a empiezar.
ResponderEliminarDesde abajo.
🙂😎 Besos
Laura: Empezar desde abajo es de lo mas sugerente.
EliminarY si se hace bien, si que luego hay que empiezar para recolocar todo en su sitio.
El primer paso es vital
ResponderEliminarIkana: Ciertamente. Sin ese no existe viaje.
EliminarMe gusta, porque es algo que yo también hago. Imagino mucho.
ResponderEliminarY bien.
Y luego se cumple.
Y a veces (casi nunca por no decir nunca) no es como planeé.
Y entonces me junto con unos recuerdos reales fabulosos, porque a veces (casi siempre) es mejor de lo que yo pensé y otros imaginados.
Y es como ser Silvia Plath y poderte comer todos los higos.
Alicia: Yo también lo hago.
EliminarY tu gradación: Bien. Luego se cumple. Pero no igual. Si mejor. Dos memorias a guardar es genial.
Me impresionó saber que ese deseo sabiamente reconocido como imposible lo escribió la Plath a los 18 años.