la vida en un momento robado

Justo debajo de la boca, en una mesa del fondo que permitía ver el resto del café, su espléndida vidriera, sus mesas largas de madera y la parte de la plaza que no estaba ocupada por terrazas, estaba el grupito de universitarios -tres chicas y dos chicos- con unos cafés (con leche).

El despeinado estaba hablando; "llegué a casa, me puse un café en mi taza con elefante al lado, escuché la canción candidata "aladelaño" de mi novia; el "diamonds and rust" de la -a su vez- novia del dios/premio nobel que escribe palabras como "te dejaré entrar en mis sueños si tu me dejas entrar en los tuyos" y recibí un mensaje "es un poco insoportable echarte tanto de menos". ¿Se puede mejorar el momento?

La pelirroja, con un cinturón que su propietaria se empeñaba en llamar falda y unas bragas -imposibles de no ver- a juego con su camiseta (¿se conjunta exterior e interior?)le dijo con tono de duda "eso de los sueños…"

El despeinado la miro con cierto brillo en los ojos "¿te imaginas que la persona que quieres tener junto a ti cuando sueñas tus mejores días hiciera lo mismo? ¿Que te incluyera el las situaciones que sueña como mejores?

La pelirroja cruzó las piernas -con gran desencanto de los "terceraedad" de la barra- y puso cara de pensar (lo que no se puede asegurar es que lo hiciera). "Pero esos sueños son imposibles de cumplir"

La morena bajita, la única que llevaba pantalones, dijo susurrando, como con timidez; "como no sabían que era imposible… lo hicieron". Hubo una pausa, todas las caras se giraron hacia ella, entonces siguió con una sonrisa que ni la prota de Lichtenstein en el baño "A mi me parece un momento genial, hasta diría que genialmente lindo".