El café estaba semi vacío. Solo tres clientes sentados en sus mesas de mármol. Juntos un hombre y una mujer, en la otra esquina en una mesa junto a la ventana un joven teñido de rubio.
El hombre estaba nervioso desde que se sentó. Era la primera vez desde que la conocía que se veían a solas. La verdad es que ella le había llamado la atención desde el primer momento. Cuando los presentaron el había hecho un comentario ambiguo (muy de su estilo) con doble sentido. Ella, sonriendo, le contestó siguiendo el juego. Fue el principio, coincidían casi cada día y durante sus múltiples contactos el creía que se había formado una gran afinidad, aunque en plan olas y playa: Unas veces parecía que se acercaba y otras la encontraba distante, como en fuga.
Le apetecía una conversación larga, calmada, de temas personales, casi susurrada, privada. Una conversación que pensaba le entusiasmaría. Y aquí estaba la oportunidad, y lo más extraño es que la iniciativa había salido de ella.
Ella estaba relajada, le había venido muy bien quedar con él, le parecía un tipo divertido y con esa pequeña charla podría matar el tiempo; se había citado con su amiga para ir al cine que estaba cerca, pero la sesión no empezaba hasta dentro de una hora.
En la mesa del fondo el joven teñido de rubio leía un trabajo de la facultad; "Hay que saber leer lo que ocurre a nuestro alrededor. A veces lo que nosotros consideramos trascendental, de una importancia extraordinaria, es identificado por las personas que nos rodean como un acto totalmente rutinario".
Es una gran falta de respeto que una persona utilice a otra para hacer tiempo, o que le conceda un rato porque no tiene nada mejor que hacer. Sobre todo si, como en este caso, la otra persona, ilusionada, no es capaz de "leer lo que ocurre a su alrededor".
ResponderEliminarMe ha gustado cómo has reflejado lo que significa el otro para cada uno de ellos, y cómo has integrado la "moraleja" en la propia escena.
Y también me gusta Opie.
Ángeles: Hay que darle el principio de inocencia a ella. Queda con un compañero de trabajo, sin prometerle nada, con el que se ríe.
EliminarSi lo hace sabiendo el interés de él la cosa cambiaría.
Parece que él interpreta las olas cuando vienen y no se fija en cuando se van.
Esta vez la moraleja fue lo que disparó el cuento.
Opie es grande.
Pd: Si lo hace a sabiendas no solo es una falta de respeto es una cabronada....... aunque no parece haberle dado alas.
exactamente ,lo que para unos es principal para otros es accesorio .....y creo que tiene mucho que ver con esto de vivir a plenitud cada instante y eso incluye las compañías .....no se como decirte en mi caso no necesito de nada ni de nadie para sentirme bien .....si hay alguien a mi lado puedes apostar que es porque lo devoro a gusto
ResponderEliminarOdalys: eso de que devoras a quien aceptas a su lado suena de lo mas sugerente.
EliminarFea actitud la de ese tipo de personas. Pero que las hay, las hay.
ResponderEliminarY además de saber leer, no hay que dejar volar la imaginación. Muchas veces vemos cosas donde no hay nada.
Eme: No se si es fea actitud del todo, quizá ella se divierte con él y le invita a un café sin darse cuenta de que el ve mas.
EliminarO quizá es una aprovechada y entonces si es feo.
Hay gente que ve fuego donde solo hay humo. Si, imprescindible saber leer.
Es que la actitud se desprende del texto, ella no parece estar diciéndole todo, aunque no haya maldad. Pero por eso agregué lo segundo, él también ve cosas dónde no hay nada.
EliminarEme: La verdad es que hay bastantes posibilidades de que tu tuvieras razón y sea una aprovechada.
EliminarPero queda en el aire si es solo quedar con alguien con el que hace risas para ocupar un espacio. No parece que le haya dado motivos para mas.
Y si, el agregado es fundamental. Hay gente que solo ve lo que quiere ver.
Y la rutina, como es sabido, lo arruina todo por demás.
ResponderEliminarSaludos,
J.
josé: La rutina, esa forma de vivir que se basa en la repetición sin fijarse en o que se hace.
EliminarSi, arruina todo.
Es que..."cada pareja cuando se enamora y se frecuenta y convive y se ama, crea un idioma que solo pertenece a ellos dos"...y aquí no hay enamoramiento (mutuo al menos), ni frecuencia ni convivencia ni amor (recíproco). Así que cada uno habla en una lengua. Y así es imposible leerse.
ResponderEliminarAlicia: Lo del idioma de solo dos me lo comentó hace nada una amiga mia muy lectora. Interesante.
EliminarYa sabes, en está historia hay uno que ve fuego donde solo hay humo y una que no se entera de lo que el uno ve.