Dos niños jugaban construyendo castillos en la arena justo donde las olas pierden fuerza, se rinden, y se baten en retirada.
Lo que le fascinaba a la mujer que a cierta distancia les observaba tumbada en su toalla, era la absoluta concentración que tenían en su tarea; en ese momento, para ellos, no había nada más importante en el mundo.
Y quiso imaginar una lista de tareas que le pudieran interesar hasta el arrebato. Pero no encontró castillos que construir.
En su móvil Cohen cantaba "...ya no hay cartas en el buzón, no hay uvas en la parra, ya no hay bombones en tus cajas ni diamantes en la mina"
Entonces se fijó en otra escena, en la zona de rocas de la playa; un niño llamaba la atención de su padre para mostrarle su gran acto de valor. Iba a saltar desde la rocosa montaña (de no más de 50 cm, en realidad) para enfrentarse al dragón y salvar a la princesa. Y le asombraba la cara de determinación del infante, el brillo de sus ojos.
En su móvil Cohen cantaba "...ya no hay cartas en el buzón, no hay uvas en la parra, ya no hay bombones en tus cajas ni diamantes en la mina"
Entonces se fijó en otra escena, en la zona de rocas de la playa; un niño llamaba la atención de su padre para mostrarle su gran acto de valor. Iba a saltar desde la rocosa montaña (de no más de 50 cm, en realidad) para enfrentarse al dragón y salvar a la princesa. Y le asombraba la cara de determinación del infante, el brillo de sus ojos.
Y ella sabía que no tenía prueba de valor que realizar, ni a nadie para llamarle la atención, y que no había príncipe y si muchos dragones.
Y Cohen cantaba " Solo intento a mi manera ser libre"
Si, era fácil la vida cuando todos tus intereses pueden fijarse en construir un castillo o salvar una princesa de las garras de un dragón. Pero ¿y luego?
Si, era fácil la vida cuando todos tus intereses pueden fijarse en construir un castillo o salvar una princesa de las garras de un dragón. Pero ¿y luego?
Luego solo queda refugiarse en las cosas que son placenteras, huir de los naufragios cotidianos, ir a casa, encender el ordenador y sumarse a todos aquellos que huyen del sueño para vivir la vida que el día no les permite.
sentï un poco de tristeza y desamparo en esta historia ,también un poco de falta de motivación por la vida en esta prota que anhela ser importante para alguien o hacer algo por pequeño que sea de lo cual pueda enorgullecerse ,creo que todos tenemos nuestros momentos de nostalgia o melancolía ...cuando eso me sucede suelo invitarme yo misma a un café ,escuchar una música que me guste y preguntarme muchísimas cosas entre ellas esta esta pregunta : que puedo hacer por ti ,mi querida Odalys para hacer que te sientas bien ??....al final encuentro las respuestas
ResponderEliminarOdalys: Los niños viven en la aventura y el juego, muchos adultos -la mayoría- olvidan la aventura, y -casi todos- el juego. Los pies en tierra y "hacer lo que hay que hacer" que tan pocas veces coincide con lo "que me gustaría/apetece hacer".
EliminarPero mi prota se refugia en las cosas placenteras y prefiere no dormir y si sumarse a vivir la vida.
La nostalgia y la melancolía no tienen habitación en mi casa.
me gusta esa última frase tuya ....si tengo que rentar en mi casa gratis a algun sentimiento ese será siempre la alegría
EliminarOdalys: Vivir con alegría me parece la forma de saber aprovechar el tiempo que tenemos en la tierra.
EliminarEs un texto estupendo, Guille, te felicito.
ResponderEliminarÁngeles: Gracias, tomate lo que quieras y pasame la nota.
EliminarLuego...hay que seguir buscando motivos para vivir la vida. Los hay y muchos, a veces más de los que se pueden atender con las horas que tiene un día.
ResponderEliminarAlicia: Quien busca siempre encuentra.
EliminarY esas son las personas que saben aprovechar las horas y los minutos de cada día, aunque se le queden cortos.