Estaban sentados, cada uno en un lado del salón.
La fiesta discurría como todas las fiestas del grupo; mucha alegría superficial y muchas intenciones ocultas.
Sobre ella una amiga comentaba que huía de las relaciones de compromiso como los fantasmas huyen de los miedos infantiles en cuanto aparece la luz.
De él se decía que hacia poco un ligue ocasional le había preguntado si estaba preparado para el amor. Su respuesta decían que había sido; "Si, pero no contigo".
Se miraron -en la distancia- poco, pero ambos eran conscientes del otro.
Al acabar la fiesta el dueño del Hope (como siempre con un libro en la mano) les presentó en la puerta.
Ante el silencio que se creó, añadió: "Iros en la dirección contraria a la que cogen los que dicen estar de vuelta de todo y nunca han ido a ningún lado".
Miraron el libro, en los ojos de los dos brilló una chispa de reconocimiento.