El hombre miró por la ventana y la vista le trajo a la memoria las palabras apacible, panorama, intensidad.
Ella se despertó de la corta siesta y todavía semi dormida le dijo "¿te acuerdas cuando yo te decía rojo y tu contestabas secreto y tu decías gris y yo te respondía ojos tristes?".
Él sonrió, y las palabras que aparecieron fueron: Oportuno, ambiguedad, olvidar.
La joven se levantó, se puso una camisa por encima y fue a encender el primer cigarrillo de la tarde. El pensó que era difícil encontrar una visión mas soberbia que esa mujer paseando semi desnuda. Esta vez las palabras fueron: Temblar, hermosura, perdurable.
Bebió de su taza especial, el café con leche estaba excelente pero caliente, se quemó y su cerebro encontró las palabras: Impaciente, sabroso, sensatez.
Ella, ya en bragas, se asomó a la ventana, permaneciendo (todavía) protegida por la sombra de la persiana, con su café y su taza. Se volvió y le dijo: "¿Ya estas jugando a buscar palabras?".
Él mantuvo la sonrisa. Conocer, perfección, magia.