La recién inaugurada decoración del hall del hotel, convirtiendo ese espacio en una biblioteca cómoda, acogedora y bella con reproducciones de Van Hove o Kenton Nelson y con una música genial que además no impedía las conversaciones le había proporcionado al interiorista una merecida fama.
Yo era dueña de una mesa junto a una estantería que tenía desde Salinger a Quino. Y estaba dando buena cuenta de una copa que casi puedo asegurar que a tercera ya no llegaba.
En una televisión esquinera un periodista preguntaba; ante lo nuevo que prefieres elegir ¿muros o puentes?
Lo vi, sentado en un rincón hablando solo. Podía parecer que estaba usando un "sinmanos", pero no. Hablaba solo.
Como soy una afamada "memetodondenomellamansemiprofesional" no tuve más remedio que acercarme a preocuparme por él.
Me vio y dijo: "¿Qué hago mirando la lluvia? Si no llueve".
Se hacía obligatorio contestarle adecuadamente.
"Yo tengo una camiseta que lleva escrito en letras grandes "soy virgen" y debajo en letras pequeñitas "esta camiseta es muy vieja".
Me miró. Le miré.
Sonrió, me llamo Wilbur, dijo.
Sonreí, me llamo Mildred, dije.
Parece que ella elige puentes antes que muros, pero me pregunto si en esta ocasión tuvieron algo que ver las cuatro copas o no.
ResponderEliminarPD: ese hall de hotel con Salinger a mano es un lujo, eh? :)
Ángeles: Esa duda es de difícil resolución. Las -por lo menos tres- copas estaban ahí.
EliminarPero parece más recomendable construir puentes que encerrarse tras unos muros antelo nuevo.
Pd: Que conste quedaba escribiéndola entrada en ese hall de hotel. Existe.
Ángeles: Por cierto, " Los nueve cuentos" es una de mis lecturas obligatorias como mínimo una vez al año. Me encanta la familia Glass.
EliminarY ya que hoy estoy preguntona, ¿puedo saber qué hotel es, dónde está?
EliminarPrecisamente mi nueva entrada -que publicaré esta tarde- comienza con una referencia a Salinger, y aunque sé que no está bonito autocitarse, te dejo esto por si te apetece perder un par de minutos.
Ah, y con tu referencia a los nueve cuentos has activado uno de mis grandes problemas: cuando alguien refiere un libro que ya he leído y que me gustó, siento la imperiosa necesidad de leerlo otra vez :D
Ángeles: Está en Castelldefels, creo que se llama BCN events (te lo confirmaré). Lo acaban de redecorar (parece ser que el sobrino del propietario) y lo han dejado muy acogedor.
EliminarAhora iré gustoso a perder ese par de minutos...que se que no serán precisamente una perdida de tiempo.
En las encuestas como la que pusiste en tu blog a la pregunta de "libro preferido" suelo poner los nueve cuentos del insufrible Salinger, y es verdad que lo leo una vez al año...como mínimo. Me gusta haberte activado una actividad tan gozosa. Tres o cuatro me parecen inmejorables.
Fantástico. Tengo pendiente escribir a partir de alguna imagen de las de Van Hove (me llevo a Kenton Nelson).
ResponderEliminarElla está acostumbrada a beber vino. Tres copas no le hacen tender puentes, si acaso le hacen hablar con desconocidos que hablan solos. Porque los escucha. Wibur también tiende puentes, más invisibles pero igual más solidos.
No he leído a Salinger ¿te lo puedes creer?
Un abrazo (no soy de repetirme pero si de perder la cuenta ¿siete, ocho?)
Ana: Quedo en espera. La Van Hove proporciona mucho material.
EliminarDe Kenton irán saliendo muchas cosas, es mi descubrimiento del 15.
Quiero creer que a Mildred le gustan los puentes. Wilbur es el inventor del término "puente".
"Los nueve cuentos" te introducirán en la familia Glass. Entonces te diré los dos apéndices.
Lo dejamos en 8 así estamos más cerca de 11 y de completar la segunda tanda.