Seguía sola, en el vestidor, después de la larga conversación mensaje va mensaje viene que le llevó a recordar su paseo sin ropa interior por el museo, las conversaciones de hotel, su segunda vida.
Releyó parte de la charla.
* La verdad es que nunca me emborracho.
* Yo te emborracharé algún día.
* Sabes que me dejaría.
* Lo se. Quizá hasta te hicieras el borracho.
* Quizá. ¿Qué mas sabes?
* Que me meterías mano.
* Eres una mujer sabia. Mándame una foto en bragas.
* No.
* Ya lo has hecho.
* Ahora no.
Se miró en el espejo. Seguía donde le había cogido la conversación, en el vestidor, sola, en bragas.
Cualquier conversación se convierte en un juego interesante si dos están dispuestos a jugarlo. A mi me parece que a él no importa tanto si le manda o no la foto, ni a ella si lo hace o no lo hace, es el juego, las risas y esas ganas de pasarlo bien.
ResponderEliminarPorque lo mejor, es sentirse bien haciendo lo que se quiere hacer, ¿no te parece?
Conxita: Estos juegos solo se pueden jugar si todos los que participan están de acuerdo.
EliminarYo espero que la foto sea mandada. Es como poner el juego en otro nivel.
Eso si, siempre se espera de que todo suceda porque es divertido.