Hola, he llegado por el aviso de una amiga a esta publicación de un poema mío, muchas gracias por subirlo, Guille. Me alegra que haya gustado tanto, que te hayan dado ganas de compartirlo. Gracias por los comentarios de Alicia, Laura y Mukali, también. Que calidez. Saludos de una argentina viviendo en Berlin y gracias, de nuevo.
Es lo que tienen los dioses...que nos obnubilan.
ResponderEliminarAlicia: Cierto.
EliminarY añado, que bueno tener un dios o una diosa de esas rozando -y mejorando- nuestra vida.
Y se hizo la calma y yo me teletransporté...Un abrazo.
ResponderEliminarLaura: esa es una cualidad que no me importaría poseer.
EliminarLo de teletransportarse, que lo de la calma lo tengo dominado.
Pero esta prohibido enamorarse de los dioses no?... Con uno así, cualquiera aguanta jijij
ResponderEliminarMukali: ¿Y quien le hace caso a prohibiciones tan "atontas"?
EliminarNunca -de nunca jamás hay que aguanterse lo que nos da placer.
Hola, he llegado por el aviso de una amiga a esta publicación de un poema mío, muchas gracias por subirlo, Guille.
ResponderEliminarMe alegra que haya gustado tanto, que te hayan dado ganas de compartirlo.
Gracias por los comentarios de Alicia, Laura y Mukali, también. Que calidez.
Saludos de una argentina viviendo en Berlin y gracias, de nuevo.
Angie: Por esa amiga tuya llegue yo a tu poesía. No solo a este poema. Y me encantó.
EliminarLo de los comentarios es la suerte que tengo, son personas que mejoran el blog.
Sabía lo de que eras argentina, no que vivías en Berlín, ciudad en la que estuve el año pasado de nuevo, y que me encantó de nuevo.
Un placer tenerte por aquí.
ya no aparecen mucho esos dioses ....pero
ResponderEliminarsiempre hay alguno por ahí que nos alegra la vida
odalys: No hace falta que haya muchos, basta conque exista una para cada persona que sepa apreciarlo.
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