Llovían chuzos de punta al entrar en la pequeña galería de arte del pueblucho, la que sorprendentemente ofrecía obras de Nigel van Wyeck.
Me fijé que justo enfrente -en la estación- un joven aguantaba estoicamente el chaparrón solo protegido por su paraguas.
Delante del cuadro de la que estaba plácidamente tumbada desnuda en el sofá oi como una madurita interesante le decía a su amiga en susurros "Pues hoy las llevo violeta, o lilas...pero oscuras"
Disfrute de la mezcla de arte e información que proponía el local y -al salir- crucé hasta la cafetería de la estación, un latte calentito era adecuado para la inclemencia del tiempo.
Vi llegar un tren.
Vi bajarse a una joven con un bolso.
Vi como se quedaba parada delante del chico.
Y les oí.
* ¿Y tu que haces aquí?
* Te esperaba.
* ¿Pero como coño te las has arreglado para saber a que hora llegaba?
* No lo sabía. Me he plantado en el anden y me he dicho "esta bien, cuento hasta diez y si no llega me voy"... y has llegado.
* ¿Y hasta cuanto has contado?
* Sietemilsetecientosdiecisiete.
Me ha encantado ese "cuento hasta diez..."no me extraña que ella lo bese.
ResponderEliminarY que justo antes o después tomen un latte calentito y quizás entiendan los misterios del lila.
Felices sueños
Conxita: ese contar hasta mas de siete mil se merece el abrazo y mas.
EliminarLos misterios de las tonalidades de los colores me suelen desbordar. ¡Que menos que colocarles el dilema a mis protas!
Qué bonito! Es lo que pasa cuando el amor se alía con la paciencia: que surgen las matemáticas :D
ResponderEliminarY eso sin duda merece un abrazo, como mínimo.
Ángeles: amor + paciencia = matemáticas.... Interesante.
EliminarFijatetu que yo cambiaría el como mínimo por el como principio.
jejejeje
El amor es paciente... Por amor se hacen tantas cosas... Hasta las mayores locuras.
ResponderEliminarMuchos besos.
maika: hay que apuntarse a hacer locuras por lo que te da placer.
EliminarSiempre.
sin palabras !!!
ResponderEliminarOdalys: Pues que sepas que me gusta leer tus palabras
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