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viernes, 27 de noviembre de 2020

una tarde de noviembre en el Hope



Jota le decía al cliente que llevaba pajarita y estaba justo debajo del cuadro de los niños con las mascarillas que lo había puesto para concienciar de su uso a todos y de paso le añadió que él era un buen parroquiano pero que por hoy ya no le servía más copas y que lo hacía para que llegara a casa sano y salvo.

Antes de que pudiera protestar entró a toda marcha un tipo trajeado con cara de cabreo y pidió un vodka sin nada.
"A veces me reúno con gentes que me hacen preguntarme cómo son capaces de colocar tanta estupidez en una cabeza tan pequeña" dijo, y se bebió el vodka de un trago.

El de la pajarita lo miró, después miró a la foto de la pared de enfrente, y dijo "Este es el primer año que no voy a las islas Fidji por culpa del virus este... los otros años no he ido porque no tenía dinero".

Los dos se miraron. Serios. Y rompieron a reír a la vez.


5 comentarios:

  1. ¡Joer¡ pues no se de que se ríen...

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  2. Es cierto, a veces es difícil comprender como cabe tanta estupidez en una cabez.
    Yo me iría a cualquier sitio...hambre de viajar.

    Un beso, Guille.

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    1. Carmela: Y la vida real nos enseña que hay gente con mucha estupidez encima.

      Yo tengo varios viajes que se quedaron en posibilidad y que espero recuperar en cuanto la vacuna funcione.

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