Frío, casi hielo. Seguro por debajo de cero. Y allí estaba ella desde hacía un rato, sin moverse, apoyada en el trasto de correos, con la mirada fija, sin poder apartar los ojos de la pintada.
A Mildred se lo contó después en la cena de chicas.
Hablaron de esas cosas externas que -a veces- hacen que percibas claramente algo que deberías haber visto, notado, valorado.
Como una pintada de alguien desconocido te abría los ojos.
Como había logrado que se diera cuenta del valor de Violeta y su disposición permanente, su estar siempre.
"Mildred -le dijo Ceci- vi la frase y me quedé inmóvil, paralizada por fuera y totalmente activada por dentro mientras la idea ocupaba cada centímetro de mi cuerpo. Tomé las decisiones a toda velocidad. Llame a Cris y le dije que no podía quedar. Luego llamé a Violeta y la invite a tomar una copa cuando salga a esas horas imposibles de la noche de su trabajo".
En el cine, vestida con ese uniforme que la empresa les daba para que los clientes distinguieran a las acomodadoras, ese gremio llamado a desaparecer, Violeta pensaba en las vueltas que da la vida cuando la empujas un poco. Ceci que no le hacía ni caso. Y como se atreve a pintarle una frase en la pared de la calle por la que pasa siempre...
En la pared, en rojo escandaloso (uno de los tonos de ese color que mas me gusta) el texto seguía llamando la atención de los viandantes.
"Algunas personas hablan contigo en su tiempo libre.
Algunas personas liberan tiempo para hablar contigo.
¿Sabes valorar la diferencia?"
¿Valorar la diferencia?
ResponderEliminarNo, se valorar a la persona que lo hace.
alicia: Para valorar a la persona, lo primero es notar la enorme diferencia entre que te hablen cuando tienen tiempo libre y el esfuerzo de lograr tiempo para hablarte.
EliminarCuando sabes eso, lo siguiente es valorar adecuadamente a cada persona y sus actos.
Tu ya sabes "Facta, non verba"
Cuando alguien cuadra sus horarios y sus obligaciones "sólo" para verte es porque realmente tiene ganas de pasar tiempo contigo.
ResponderEliminarUn besote.
alter: Esa es una excelente señal de que hay que cuidar a esa persona y mantenerla cerca.
EliminarUn acomodador de cine, con su linterna y su sigilo, es como un detective que investiga para descubrir asientos libres (sorry, es que hoy me he levantado metafórica :D)
ResponderEliminarMe gusta eso de los detalles que "hacen que percibas claramente algo que deberías notado". Son como pistas que el azar nos pone a la vista para que no se nos escape algo importante.
Y también me gusta esto de "las vueltas que da la vida cuando la empujas un poco". Me hace pensar que no estamos por completo a merced del azar, sino que nosotros, con nuestras decisiones, dirigimos hasta cierto punto el discurrir de las cosas. Y eso da una cierta sensación de control que reconforta un poco.
Ángeles: Sospecho que hablar contigo cuando te despiertas y antes de que pierdas la metáfora puede ser muy pero que muy divertido.
EliminarEl azar suele ser amable con quienes saben utilizarlo. Ante los que viven ciegos se resigna.
Creo en el azar, para nada en el destino. Mi amigo "azar" compone los encuentros, las casualidades. Las decisiones que tomamos cuando eso sucede nos competen, y van conformando nuestra vida.
Cuando algo te importa se hace recomendable empujar un poco para que lo interesante quede dentro de nuestro cuadro.
El azar es el que "millones y millones de personas en el mundo, cantidad de países y continentes, un tiempo lleno de segundos y voy y me encuentro contigo en este segundo, en este sitio". A partir de esa casualidad lo que pase depende de nosotros.
¿Como llegamos a algunos blogs? ¿En cuales nos quedamos? Las decisiones acercan y alejan. Eso ya no es azar, eso somos nosotros actuando libremente.
A veces un empujoncito consigue abrirnos los ojos, ese tiempo, escaso, que se quiere dedicar a otros es el mejor, porque sale de las ganas, del auténtico disfrutar de estar con el otro. Creo que en su momento utilicé una frase en el blog que corría por internet que decía "Quien te ama de verdad, nunca te ofrece el tiempo de sobra sino que saca el tiempo de donde no lo hay para estar contigo", pues eso, bien por Violeta por "empujarla" un poco.
ResponderEliminarY respecto al azar o al destino...a mi me gusta pensar que no todo está decidido, que son nuestras decisiones, el tomarlas o no tomarlas, lo que hace que las cosas sigan un curso u otro, dejarlo todo en manos de la suerte, del azar, o del destino...creo que deja limitada, o al menos a mi me lo parece.
Hacer algo, hace que pasen cosas y no hacer nada o nada distinto, hace que sigan pasando las mismas cosas. Está en nuestras manos.
Conxita: Las personas que son capaces de empujar para que lo desean en la vida se cumpla son esas que nunca juegan en el equipo de los mequejodetodoqueesunamierdayyonotengoculpadenada.
EliminarLa vida necesita esos empujoncitos. Abre ojos. Cambia actitudes. Vence miedos. Siembra valor.
La frase que dices significa lo mismo que la mía de "Eres lo que haces, no lo que dices"
Y si tu hacer es encontrar tiempo que regalarle a otra persona le estas diciendo en el idioma mas fácil de entender que te interesa.
Mis protas -en general- son expertos "empujadores".
No esta todo decidido. Nuestras reacciones, nuestras decisiones son las que van construyendo nuestra vida.
El azar crea casualidades. Pero no toda la gente sabe aprovecharlas. No toda la gente sabe verlas.
Ante un suceso, un encuentro, como actúes, las decisiones que tomes marcara el futuro. Y en eso cada persona es un mundo.
Yo ante el azar suelo jugar a mi favor.
Enseguida meto bragas, cariño y folleteo...bueno, intento. Normalmente no cuela.